Después de salir de Bomerano, el sendero serpentea a través de un paisaje de rara belleza. Los primeros kilómetros se caracterizan por una agradable caminata a través de bosques y praderas, donde la vegetación mediterránea nos recibe con su envolvente aroma. En esta sección, podemos apreciar la armonía entre la naturaleza y el trabajo humano: antiguos campos en terrazas y muros de piedra seca cuentan la historia de una tierra moldeada con dedicación por los agricultores locales.
Después de unos 3 kilómetros, llegamos a Colle Serra. Este punto panorámico es uno de los lugares más evocadores de la ruta. Desde aquí, la vista se extiende desde el Golfo de Salerno hasta la Costa Amalfitana, con sus imponentes acantilados y el mar azul cristalino. Este es un buen lugar para hacer una breve pausa, respirar profundamente y disfrutar de la belleza natural que nos rodea. Colle Serra también es un lugar ideal para una pausa refrescante. La belleza del paisaje y la tranquilidad del lugar son perfectas para relajarse y recargar energías antes de continuar. Mientras descansamos, podemos reflexionar sobre la grandeza de la naturaleza que nos rodea y la importancia de preservar estos entornos naturales para las generaciones futuras.