A medida que continuamos, pasamos por una serie de terrazas que cuentan la historia agrícola de la zona. Estas terrazas fueron creadas hace siglos por los agricultores locales y todavía se utilizan hoy en día. Durante este tramo, podemos observar los muros de piedra seca que delimitan los campos y viñedos y ver cómo el paisaje ha sido moldeado por las manos humanas.
Los antiguos caminos que conectan las terrazas son un testimonio silencioso del arduo trabajo y la ingeniosidad de los residentes locales. Caminar por estos caminos nos permite apreciar la belleza de la vida rural y las prácticas agrícolas tradicionales. Podemos ver cómo los humanos y la naturaleza están en perfecta armonía en este entorno y reflexionar sobre cómo se han preservado y respetado las antiguas tradiciones a lo largo del tiempo.