La próxima parada de su itinerario es Villa Jovis, situada en la cima del Monte Tiberio. Esta villa, construida por el emperador romano Tiberio en el siglo I después de Cristo, es una de las doce villas imperiales de Capri y representa un fascinante testimonio de la arquitectura romana. Villa Jovis era una residencia lujosa, equipada con termas, cisternas y jardines, y ofrecía una vista panorámica excepcional de la isla y del Golfo de Nápoles.
Hoy en día, las ruinas de Villa Jovis permiten hacer un viaje atrás en el tiempo, descubriendo cómo vivía el emperador Tiberio durante su exilio voluntario en Capri. Explorar los restos de esta villa les dará una idea del ingenio y la riqueza de la arquitectura romana. La subida hasta la villa se recompensa con una vista impresionante que se extiende desde el Vesubio hasta las islas circundantes.
La ubicación de Villa Jovis no era casual: Tiberio eligió este lugar por su belleza y por la seguridad que ofrecía. La villa era una de las residencias favoritas del emperador, donde pasaba largos períodos lejos de Roma, gobernando el imperio desde lo alto de su residencia insular. Las ruinas aún incluyen las cisternas para el agua, las termas y las habitaciones que testimonian la grandeza y la sofisticación de la vida imperial.
Pasear entre las ruinas de Villa Jovis es como sumergirse en la historia, permitiéndoles imaginar la vida en la corte y las decisiones cruciales que se tomaban en este rincón remoto pero estratégico del Imperio Romano. La vista panorámica desde aquí es una de las más espectaculares de la isla, haciendo de la visita una experiencia inolvidable.