Bienvenidos al Castillo Aragonés, una impresionante fortaleza que domina la isla de Ischia en la bahía de Nápoles.
Este majestuoso castillo, construido sobre un islote volcánico, es uno de los símbolos más reconocibles de la isla y un testigo silencioso de siglos de historia, batallas y cultura.
La historia del Castillo Aragonés comienza en el 474 a.C., cuando el tirano siracusano Hierón I construyó la primera fortificación en el islote para proteger a los griegos de Cuma de los ataques etruscos. Sin embargo, la estructura que vemos hoy es el resultado de importantes modificaciones realizadas por los aragoneses en el siglo XV. Alfonso V de Aragón, en 1441, construyó el puente de piedra que conecta el islote con el continente y amplió enormemente la fortaleza, convirtiéndola en una ciudadela protegida que podía albergar hasta 2000 familias, con iglesias, conventos e incluso viñedos.
El puente de piedra, de aproximadamente 220 metros de largo, es lo primero que notarás al acercarte al castillo. Cruzarlo es como viajar atrás en el tiempo. Una vez que crucen el puente, serán recibidos por la entrada principal, una estructura imponente diseñada para disuadir a los invasores. En el pasado, guardias estaban apostados aquí, listos para defender la fortaleza.
Dentro de las murallas se encuentra la Catedral de la Asunción, un edificio religioso que data del siglo XIV, que fue ampliado por los aragoneses. La catedral ha sido testigo de bodas reales y ceremonias importantes, incluida la boda de la famosa poetisa Vittoria Colonna con Fernando d'Avalos, Marqués de Pescara. No te pierdas la cripta debajo, un lugar fascinante donde se conservan frescos medievales y donde fueron enterrados varios miembros de la nobleza.
A continuación, visitaremos el Convento de las Clarisas, un lugar clausurado para las monjas de la Orden de Santa Clara. La vida en el convento era dura, y las monjas pasaban sus días en oración y trabajo. Una característica peculiar del convento es el antiguo cementerio subterráneo, donde los cuerpos de las monjas eran dejados para descomponerse en bancos de piedra, una práctica macabra pero común en la época que pretendía enfatizar la transitoriedad de la vida.
Continuando con la visita, llegarán a la Terraza de los Olivos, que ofrece una vista impresionante del mar y de la costa ischitana. Esta terraza está rodeada de antiguos olivos y proporciona un rincón tranquilo y sereno. Adyacente a ella están los Jardines del Castillo, un área verde que una vez proporcionó hierbas medicinales y alimentos a la comunidad residente. Pasea entre plantas aromáticas y flores, e imagina la vida diaria de los habitantes del castillo.
El tour continúa hacia la Torre de Michele, una de las muchas torres defensivas que rodean el castillo. Desde aquí, los soldados aragoneses vigilaban el mar, listos para repeler cualquier ataque. Las gruesas murallas y las posiciones de artillería reflejan la importancia estratégica del castillo en el control de la bahía de Nápoles.
Uno de los rincones más inquietantes del castillo es el Museo de la Tortura, que exhibe instrumentos de tortura y castigo utilizados a lo largo de los siglos. Este museo ofrece una visión dura del lado oscuro de la justicia medieval, proporcionando un marcado contraste con la belleza del lugar.
Concluye tu visita en la Terraza del Sol, un lugar encantador para observar el atardecer. Desde aquí, puedes ver cómo el sol se pone lentamente en el horizonte, pintando el cielo y el mar con colores cálidos y envolventes. Este es el momento perfecto para reflexionar sobre la historia del castillo y la increíble belleza que lo rodea.
El Castillo Aragonés no es solo un monumento histórico, sino un símbolo de la resiliencia y la belleza de la isla de Ischia. Esperamos que esta visita te haya permitido apreciar no solo la magnificencia arquitectónica del castillo, sino también las historias y vidas que han recorrido estas murallas a lo largo de los siglos. Gracias por acompañarnos en este viaje en el tiempo.
Disfruta del resto de tu visita y ¡adiós!