La Casa de los Cervos es una de las residencias más lujosas e impresionantes de Herculano, situada en una posición privilegiada con vista al mar. Esta suntuosa residencia, que toma su nombre de una escultura que representa dos ciervos atacados por perros, es un ejemplo extraordinario de la refinación y el gusto estético de la aristocracia romana.
Apenas entres en la Casa de los Cervos, serás recibido por un amplio atrio, el corazón de la vida doméstica, decorado con frescos de colores vivos y motivos elegantes. El techo está sostenido por columnas que crean un sentido de espacio y apertura, típico de las viviendas de alto rango de la época. En el centro del atrio, un impluvium recogía el agua de lluvia, mientras que una serie de habitaciones se abría a su alrededor, cada una destinada a funciones específicas, como el descanso, el trabajo o la socialización.
El nombre de la casa proviene de la espléndida escultura en mármol de los ciervos, ubicada en el jardín principal, el peristilo. Esta escultura, que representa a dos ciervos atacados por perros, es una obra maestra de realismo y dinamismo, y un ejemplo de la calidad artística que caracterizaba a las casas más ricas de Herculano. El jardín, con su vegetación exuberante y las numerosas estatuas que lo adornan, era un lugar de paz y belleza, donde los propietarios podían pasear y entretener a sus invitados en un ambiente natural y relajante.
El peristilo estaba rodeado por un pórtico con columnas, que ofrecía sombra y refugio del sol, y conducía a las diversas habitaciones de la casa. Entre ellas, destaca un amplio triclinio, la sala de comedor de verano, con vista al jardín y al mar. Aquí, los banquetes se celebraban en un ambiente de gran elegancia, con vistas panorámicas sobre el Golfo de Nápoles. Las paredes del triclinio estaban decoradas con frescos que representaban escenas mitológicas y paisajes idílicos, que creaban un ambiente sofisticado y relajante.
Otra característica distintiva de la Casa de los Cervos es la presencia de numerosas otras esculturas, entre ellas la famosa "Herma de Baco", que representa al dios del vino y del placer, y otros bustos y estatuas que decoraban el jardín y los interiores. Estas obras de arte no solo realzaban la belleza de la residencia, sino que también reflejaban el prestigio y el gusto cultural de sus propietarios.
Además de la belleza artística, la Casa de los Cervos estaba dotada de numerosos conforts, entre ellos un sistema de calefacción por hipocausto y una serie de baños privados, que ofrecían a los habitantes un nivel de lujo raro incluso para la época. La ubicación de la casa, con su acceso directo al mar, añadía aún más prestigio a la propiedad, convirtiéndola en una de las más codiciadas de la ciudad.
Hoy, la Casa de los Cervos representa un ejemplo perfecto de cómo vivían los ricos habitantes de Herculano antes de la erupción del Vesubio. Al visitar esta residencia, es posible sumergirse en el lujo y la elegancia de un tiempo lejano, admirando las obras de arte, los frescos y las esculturas que aún hoy atestiguan la grandeza y el refinado estilo de vida de la élite romana.
Audioguía Española - Casa dei Cervi