La Casa de Neptuno y Anfitrite es una de las residencias más famosas y artísticamente relevantes de Herculano, célebre por su extraordinario mosaico que representa a las deidades marinas Neptuno y Anfitrite. Este mosaico, uno de los mejor conservados y más refinados de la antigua ciudad, da nombre a la casa y constituye su punto focal visual.
Al entrar en la Casa de Neptuno y Anfitrite, se siente inmediatamente la elegancia y el cuidado por los detalles que caracterizan cada ambiente. La casa, aunque no es de las más grandes, se distingue por la calidad de sus decoraciones, que reflejan el gusto refinado y la riqueza de sus propietarios. La disposición de los espacios sigue el esquema clásico de las domus romanas, con un atrio central que funciona como punto focal y numerosas habitaciones que dan a él.
El mosaico de Neptuno y Anfitrite se encuentra en el triclinio, la sala de comedor principal, situada en el corazón de la casa. Esta sala era el lugar donde se celebraban los banquetes y encuentros sociales, y el mosaico, que ocupa toda la pared de fondo, servía como telón de fondo escenográfico para estos eventos. El mosaico representa a Neptuno, dios del mar, y su consorte Anfitrite, sentados en un carro tirado por caballos marinos, rodeados de elementos marinos como conchas, delfines y plantas acuáticas. Los colores vivos y los detalles finamente ejecutados hacen de esta obra un verdadero capolavoro del arte mosaico romano. El triclinio da a un pequeño jardín interno, decorado con frescos y otras obras de arte, que contribuyen a crear un ambiente de gran belleza y serenidad. El jardín era un lugar de descanso y reflexión, donde los propietarios podían disfrutar de la frescura de las plantas y del sonido del agua que fluía de una fuente decorada con mosaicos, situada en una de las paredes laterales.
Otra característica notable de la Casa de Neptuno y Anfitrite es la presencia de un segundo mosaico, también de extraordinaria belleza, que representa una escena de paisaje con un pequeño templo y un puerto, situado en una de las habitaciones adyacentes al triclinio. Este mosaico, aunque menos famoso que el de Neptuno y Anfitrite, demuestra la riqueza y la pasión por el arte de los propietarios, que deseaban rodearse de obras de arte inspiradas en la naturaleza y la mitología. Las otras habitaciones de la casa, aunque más simples, no son menos elegantes. Los frescos que decoran las paredes están realizados con colores vivos y motivos florales, geométricos o figurativos, que confieren un sentido de continuidad estilística y refinamiento. Los suelos, en su mayor parte decorados con mosaicos geométricos, completan la impresión de lujo y atención al detalle que caracteriza toda la vivienda. Hoy en día, la Casa de Neptuno y Anfitrite es uno de los lugares más visitados de Herculano, y su famoso mosaico es considerado una de las obras más representativas del arte romano. Al visitar esta casa, se tiene la oportunidad de admirar de cerca la maestría de los artesanos romanos y sumergirse en la atmósfera de lujo y belleza que caracterizaba la vida de la élite herculana. Mientras exploras estos ambientes, puedes imaginar los fastuosos banquetes que allí se celebraban y la admiración que el mosaico de Neptuno y Anfitrite despertaba en los invitados, transformando el triclinio en un verdadero escenario de arte y cultura.